Como maestra de profesión (y de vocación cabe
decir), es curioso que haya sido la maternidad la que haya despertado la
curiosidad por ciertos aspectos ya conocidos para tener un percepción más
profunda sobre ellos. No es que no los viera importantes en su momento no, es
que cuando he ido a un colegio a trabajar me he adaptado en un principio a su
metodología y, quizás, no he estado el tiempo suficiente para aportar mi
granito de arena o, no se, me he acomodado tal vez. Pero el convertirme en madre me ha
cambiado, totalmente, y ahora tengo unas ganas infinitas de formarme en
pedagogías del cuidado, en una crianza y una educación más natural y
respetuosa, en Montessori y su autonomía, en Waldorf y su libertad, en Pikler y
su movimiento libre y respetado.
A raíz de mi curiosidad por Emmi Pikler y el
instituto Lóczy, fue cuando descubrí una serie de mobiliario que podría
facilitar y promover este movimiento libre del que os hablaba. Al ver ese mobiliario de madera pensé en mi padre, que es carpintero de profesión y un manitas de
corazón, y le pedí ayuda.
Pero antes de entrar en detalles, quería
hablar muy por encima de quién era Emmi Pikler y que hizo para que hoy se hablé
tanto de sus ideales de desarrollo motor y movimiento libre. Como le expliqué a mi
madre en su día para que me entendiera sin extenderme mucho y sin entrar en detalle, Emmi Pikler fue
una médico húngara que empezó a trabajar en Budapest como pediatra en los años 30. Trataba con niños y
niñas que estaban institucionalizados, muchas veces porque sus madres estaban
enfermas (hablamos de los años 30) y no podían hacerse cargo de ellxs durante
cierto tiempo. Pikler mostró interés en buscar una manera de que esos niñxs se
sintieran queridos, hubiera un apego y un apego seguro, un vínculo con la
persona que les cuidaba, no como pasaba con la resta de niñxs que estaban en
instituciones y en hospitales, donde se cuidaba de su salud física, pero no tanto de las carencias afectivas. Buscó una manera en que los niñxs tuvieran siempre el mismo
adulto de referencia, (que cambiaba con el turno de enfermera) para poder crear
un vínculo afectivo y se centró mucho en el estudio del movimiento y en el desarrollo
motor. En su libro “Moverse en Libertad. Desarrollo de la motricidad global”, realizó un estudio del desarrollo motor y concluyó (resumidamente) que el niñx es capaz de pasar
por todas las fases del movimiento (girarse, voltearse, gatear, ponerse de pie
y andar) sin la necesidad del adulto, a diferencia de otros estudios o libros
en los que los autores (médicos en su mayoría) siempre hablaban de los
movimientos con la ayuda del adulto.
Para mí, la idea principal que saco de este libro es el no
forzar posturas, es decir, no poner al bebé en posturas y posiciones a las que no puede
llegar por sí mismo y de las que, como consiguiente, no sabe ni puede salir. No sentar
al niñx (otro tema sería el BLW), no ofrecerle las manos para andar, no
poner al bebé tumbado entre cojínes, no ponerlo boca abajo si no sabe llegar por sí mismo en esa
posición,… en definitiva, dejar libertad de movimiento. Y, como aprendí en una de las formaciones de Romina de Tetapòrter, partir siempre de la posición de tumbado hacía arriba para que sea el bebé quién decida que posición tomar.
No me considero una ortodoxa de la pedagogía
Pikleriana porque hay ciertos aspectos que podría discutir, en los que no estoy
de acuerdo y otros en los que no me gusta
ser tan tajante. Nosotros hemos seguido esa filosofía con Anna y ha pasado por
todas esas fases a su tiempo, sin prisas, cuando ella ha sido lo suficiente
madura y lo ha sentido así. Como me dijo muy acertadamente Aida, de Gurumaji,
cuando les dejamos el tiempo necesario para que lleguen a esos movimientos por
sí solos, es cuando se toman realmente el tiempo que necesitan (y ese, a veces, no
es el que nosotros esperábamos).
En resumidas cuentas, la pedagogía Pikler se sustenta en tres pilares:
- GARANTIZAR LA SEGURIDAD
FÍSICA Y AFECTIVA DEL NIÑO/A. Cuando os hablaba del vínculo con el adulto.
- OFRECER LAS
CONDICIONES QUE PERMITAN AL NIÑO/A DESARROLLAR UN MOVIMIENTO LIBRE AUTÓNOMO.
Sin una intervención directa del adulto y con libertad de movimientos.
- PONER A
DISPOSICIÓN DEL NIÑO/A LO MÁS POSIBLE (MOBILIARIO, MATERIALES, AGUA, BAÑO,
ACTITUD DE LOS EDUCADORES…) DE FORMA QUE SE FOMENTE SU AUTONOMÍA. Y aquí
es donde se me encendió la bombilla y pensé en el abuelo de la niña, a Anna no se
le podría resistir.
Y ahora vamos a la intención de este post, hablar de una serie de mobiliario que fue creado
para mejorar el movimiento libre del niñx, afín con la pedagogía de Emmy
Pikler. Uno de ellos es el cubo Pikler, un cuadrado de madera con dos laterales
con barras y dos laterales con un círculo que permite al bebé pasar por medio,
tal y como se puede ver en las fotografías. En la mayoría de tiendas
especializadas lo encontraba en medidas de 40x40x40 o de 50x50x50, pero esta
medida fue la que encontré más adecuada para que Anna pudiera pasar con total
tranquilidad.
Así que, ¡muchas gracias papa, you are the best! Ya le dije que
podríamos dedicarnos a hacer mobiliario de este tipo.
Fuera coñas, si alguien esta interesado, que contacte conmigo vía email o a través de mi Instagram: @aideta_aa y lo hablamos. :D
Fuera coñas, si alguien esta interesado, que contacte conmigo vía email o a través de mi Instagram: @aideta_aa y lo hablamos. :D
Aida
P.S.: Por favor, no uses las fotografias sin mi permiso.
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