jueves, 8 de febrero de 2018

El porteo


   Ya se que el título no debería llevar artículo pero es que el porteo se merece llevarlo, estaba entre eso o titularlo el señor porteo (o la señora según se mire). Dicho esto, en mi casa le llamamos bendito porteo, porque sí, porque nos ha salvado y nos sigue salvando de tantas. Nos ha permitido hacer tantas cosas que sin fular/mochila hubiese sido difícil.

   Empecé a tener consciencia del porteo cuando hace unos años atrás trabajaba en un jardín infantil y Gemma Guillamón de Porteo Natural vino a hacer una charla sobre menstruación y también sobre porteo para las familias. La verdad es que Gemma me encantó desde el primer momento, tiene ese no se que que te hace sentir bien, no se si me entendéis.
Salí de ahí con una copa menstrual (una de mis mejores compras; le dedicaré un post también porque es algo muy interesante) y con una idea básica del porteo porque tampoco era algo necesario para mi, tenía 22 años y los bebés no me llamaban la atención (a nivel de formar una familia; los bebés me han encantado desde siempre). Hasta el momento la única mochila que había usado es la de toda la vida, la que han heredado muchas de mis amigas, y con mala experiencia porque me dejaba la espalda ko en pocos minutos.

   Pasaron los años y me quedé embarazada y ya sabía antes de nacer Anna, que la portearía. Era algo que me encantaba y a medida que avanzaba mi embarazo, mi interés por una crianza natural y lo más respetuosa posible, iba in crescendo. En una feria de bebés conocí a  las chicas de Kangura Portabebés y mis amigos me regalaron el fular elástico de Boba que tanto ansiaba. Mi amiga Laura me había hablado muy bien de él y tenía unas ganas inmensas de tenerlo.

   Anna nació y al principio la vi tan chiquitina y yo tan inexperta con el fular, que durante el primer mes de vida no lo usé. A no estaba muy agusto en el carro, solo lloraba, lloraba a todas horas, y brazos, solo quería brazos. Durante el segundo mes fue un poco más de lo mismo, un poco desesperante en algunos momentos, sobretodo cuando tus expectativas al tener un bebé no son esas. Pero ahí me empecé a atrever un poco más con el fular y la verdad fue nuestra salvación. Era difícil hasta ir a comprar a la tienda de al lado y con la peque colgada se nos abrió un mundo de posibilidades. Como mínimo la teníamos encima nuestro y las dos manos libres, algo impensable hasta el momento.

(vaya pelos Anna pobrecita, 
de mi cara mejor no opino)
  
   Como inconveniente del fular, el único que le veo (bueno eso y el calor que hizo este pasado verano), es si te lo tienes que poner en medio de la calle, sobretodo al principio que eres poco mañoso, si no vas con mucho cuidado lo arrastras y lo ensucias. Así que o salía con Anna colgada, o salía con el fular ya puesto en posición. Debo decir que sólo domino dos de las miles de formas de ponerlo, pero para eso tanto Gemma Guillamón en su página web, como si seguís a Kangura Portebebés en sus redes sociales.

   También alterné el fular con un fular-mochila que me dejó una amiga de la marca Close Parent y que nos fue muy bien también, el modelo Caboo, y siempre lo llevábamos en carro a modo de sistema de emergencia por si había que ponérselo rápidamente ya que es algo más fácil que el fular si no dominas mucho. Aún así es algo diferente al fular elástico porque combina ambas cosas, fular y mochila.


   Más adelante, cuando A hizo 6 meses, me hice con una mochila Boba Carrier 4G en la tienda de MamiNatura y, junto con el fular, han sido las dos mejores compras que hemos hecho desde que nació Anna con diferencia. Al principio la llevábamos con el cojín para recién nacidos y ahora ya va sin él perfectamente. Todo depende de los quilos que haga el peque o la peque, pero la mochila mejor a partir de los 6 meses porque no queda tan recogido como con el fular, aunque la posición sigue siendo del todo ergonómica. Viene con unos reposapiés para cuando son más mayores, y así, seguir manteniendo la posición ergonómica.

(la primera vez que salimos con la mochila no pusimos bien
el cojín... y este fue el resultado cuando empezamos a andar jejeje)

   A Anna le encanta portear con papi, se siente muy a gusto y protegida. Y a Moi también le gusta portear a Anna, no se quien disfruta más.  


   Mucha gente me sigue diciendo que porque no me la cuelgo hacia adelante y no siempre entienden que esa posición puede conllevar problemas a posteriori. Las mochilas llamadas “colgonas” no respetan la posición de C de la espalda del bebé ni las piernas en posición de ranita. Creo que queda mejor explicado en la fotografía siguiente.



   Hace unos meses volví a asistir a un taller de porteo con Gemma y volví a salir encantada y con una nueva noche mochila de close Parent, el modelo Caboo DX Go Plum, que utiliza mi madre por casa y que quiero usar yo en verano porque la veo más ligera que la Boba 4G. La marca Close Parent tiene muchos productos interesantes, como pañales desechables, toallitas de tela, discos de lactancia, está muy muy bien. También salí con un polar de porteo de la marca Momawo y sigo encantada con él. Pero las chaquetas de porteo también dan para otro post y con este creo que ya me he extendido demasiado.


   Ah! También tengo una bandolera más para el verano de la marca Amarsupiel de Método Canguro, pero todavía no he acabado de cogerle el truco.



   Que tengáis una semana bonita y a abrigarse que hace mucho frío. En inverno el porteo es genial porque es como llevar un pequeño calefactor pegado al cuerpo. Jeje! ¡Disfrutad!

Aida