Hace mucho
tiempo que tengo ganas de escribir en el blog y tengo dos temas de los que me
apetece hablar un montón. Empezaré por uno de ellos y, cuando pueda, me lanzó
con el otro porque también me emociona explicároslo. Ahora os dejo con la
intriga… sorry (al final os lo cuento venga).
Si habéis
seguido un poco los post que voy colgando en el blog o mi cuenta de Instagram (aideta_aa), sabéis que el enfoque de Emmi Pikler y el movimiento libre es algo
que me atrae y que hemos puesto en práctica en casa des de que tuvimos plena
conciencia de ello. Escribí un poco en dos posts, sobre movimiento libre y para
explicaros el cubo de inspiración Pikler que le hizo mi padre a Anna y que a
día de hoy seguimos teniendo en el comedor (aunque shhh, es un secreto, estoy
convenciéndolo para que me haga un triángulo de inspiración Pikler para su
próximo cumpleaños).
Como ya he ido
explicando, la clave del desarrollo motor libre es la libertad de movimiento, para
ello es necesario un espacio amplio y seguro para que el niño/a pueda moverse
con total independencia y, por otro lado, es necesario una vestimenta que facilite
ésta libertad de movimientos. En este sentido es muy importante el calzado y
cuando llegó el momento, es algo que me trajo algún que otro dolor de cabeza.
La ropa tiene
que facilitar el movimiento, es decir, ropa lo suficientemente ancha y cómoda
para que no inhiba ningún movimiento natural del niño/a y le permita sentirse a
gusto, esto es clave. En cuanto al calzado, antes de que el pequeño/a empiece a
andar, no es necesario. Podemos usar calcetines o algún zapato blando si es
invierno, salimos a la calle y queremos que lleve el pie calentito, pero no es
necesario. El pie necesita movimiento y los calcetines y los zapatos bloquean,
por así decirlo, ese movimiento natural, sobretodo en cuanto al crecimiento de
éste. Por otro lado,
una vez ya empiezan a andar, el pie al descubierto sigue siendo la mejor forma
de facilitar ese desarrollo, pero en la calle no es tan fácil dejarlos con los
pies al aire con todos los peligros que ello conlleva.
Así que cuando
Anna estaba a punto de soltarse a andar empezó mi búsqueda.
Entonces fue cuando descubrí a Lau, una mamá como yo, con muchos conocimientos
sobre zapatos pero que se encontró que el día que su peque necesitaba unos,
había poca opción en el mercado que pudiese cubrir estas necesidades de
libertad y autonomía de las que hemos venido hablando. Y así nació Zapato Feroz
y mi amor por esos zapatos que, además de funcionales, son requetebonitos.
Anna ha podido
disfrutar de ellos pasando por un zapato más de entretiempo y verano, a zapato
de otoño e invierno. Ahora mismo estamos usando mucho su versión en borreguito,
porque es que son súper calentitos. Zapato Feroz es un zapato como los de
antes, cuidado, mimado, hecho a mano con los mejores materiales y cuando he
dicho borreguito, quería decir borreguito, de verdad.
La marca se ha
lanzado a tope y ya tienen su versión 2.0., los Súper Feroces, un zapato
mejorado, con nuevos diseños y nuevo colores, con una suela renovada pero con
los mismos principios que su progenitor, permitir el movimiento libre del pie,
nos obstaculizarlo, no reforzar ni intervenir. Y eso se consigue con
conocimiento sobre las necesidades del desarrollo motor y permitiendo una suela
totalmente flexible, drop 0 (que la altura de ésta sea la misma en la punta que
en el talón) y sin ataduras en el tobillo. Básicamente es lo contrario a lo que
encontramos en el mercado y todo porque nos han hecho creer que el zapato tiene
que ir cogido al pie para ayudarlo, ¿ayudarlo a qué? ¿A caso reforzamos las
muñecas cuando empiezan a gatear?
Si os apetece
saber más pasaros por su web, todavía quedan algunos modelos antiguos y ya
están a tope con la nueva versión. De verdad que os van a encantar y si tenéis
cualquier duda, contactar con ellos que os van a ayudar encantados.
Pero recordad,
siempre que podáis, pies al aire libre. Y no
me olvido, mi siguiente post será para explicaros unas formaciones súper
bonitas que estoy haciendo sobre pedagogía Waldorf. ¡Pronto os cuento más!
Aida
P.S.: Por favor, no uses las fotografias sin mi permiso.