Durante este mes de Julio he estado haciendo
una formación para ser Guía Montessori y ha sido una experiencia muy enriquecedora y, a la vez, muy intensa. He
aprendido muchas cosas y desaprendiendo otras muchas tantas (de verdad que a
veces hay que desaprender para aprender, sobretodo cuando llevamos mucho tiempo
haciendo las cosas no de la forma más correcta posible). En estos últimos meses
he hecho formaciones y cursos relacionados con el movimiento libre, sobre pedagogía Waldorf, juego libre y, aunque asistí a algún congreso Montessori, para
nada imaginaba lo que iba a aprender durante este mes de julio.
La formación la he realizado en MamiNatura de
Terrassa, un sitio chulísimo que se ha convertido durante unas semanas en toda
una aula Montessori como si fuera un ambiente preparado de Casa de Niños. ¡Ha sido alucinante de verdad!
Si os interesa os puedo ir contando en futuros posts las diferentes áreas que hemos ido trabajando y así os hacéis
una idea de cómo se trabaja en un ambiente Montessori.
La formación nos la ha impartido MOLAT y la
verdad es que estoy encantadísima, muy cercanos y muy humanos, además de que he
aprendiendo muchas palabras mejicanas (y también argentino que tengo tres
compis de allí). ¡Está padrísimo de verdad! En serio, me llevo más que una
formación, me llevo un crecimiento interno y una familia y dejo muchos
prejuicios e inflexibilidades.
Qué bien todo lo que leo aquí. Estoy muy interesado en la utilización de la parte más emocional e irracional como método de acercamiento más humano a la experiencia de la educación (con personas más mayores que tus niños) y volver a disfrutar de enseñar. Vendré más a menudo por aquí para aprender si me lo permites. Gracias
ResponderEliminarUn placer que vengas a visitar mi blog, escribo cuando buenamente puedo porque tengo una peque de 16 meses y a veces es complicado compaginarlo todo.
EliminarActualmente trabajo con niños y niñas de 3 a 12 años pero tengo mucha experiencia en 0-3 y en 3-6. Me alegro que encuentres interesante este enfoque más humano y, sobretodo, basado en el respeto hacia las personas. En definitiva, todos somos personas, pequeñas y grandes. ¡Que la ilusión por la educación no se pierda nunca!